
O los deseos de que llegue. Este año, debido al tiempo, los almendros nos han regalado dos semanas escasas de flores, tarde pero las hemos podido disfrutar.
Después llegaron los ciruelos, las flores de la izquierda es de uno de ellos.
Es una gozada ver como se llenan de flores.

La semana pasada estuvo por la isla nuestra amiga invisible. Es difícil seguirla.
No se cuando debimos comentar con ella, lo tentador que son los muestrarios de telas, y que harían con ellos cuando ya no les sirven a las tiendas...
Al Tercer día se presentó, diciendo que había encontrado una tienda de muebles y cortinas que vendía los trozos de muestra a 30 céntimos.
Como veis nos tiramos de cabeza hacia el botín, no dejamos en la tienda, ni un trocito. La dueña después de respirar tranquila de ver como se quitaba ese muerto de encima y preguntarnos para que queríamos tanta cosa, nos regalo el resto que tenía en otro canasto, que nosotras no reparamos mucho por ser los trozos muy pequeños.
¿Que haremos con todo esto? Ah ni se sabe... Debe ser que los deseos de entrada a la primavera nos tienen alteradas.